Por Joel Poblete, desde Nyon
Con menos de 20 mil habitantes, a orillas del lago Léman y con vistas a cumbres de los Alpes como el Mont Blanc, la ciudad de Nyon y sus alrededores, en la zona francesa de Suiza, ofrecen variados puntos de interés. Para los fanáticos del fútbol, no lejos de ahí está la sede de la UEFA y para los cinéfilos, a menos de una hora, en las afueras de Vevey, está la casa donde Charles Chaplin pasó su último cuarto de siglo de vida tras abandonar Estados Unidos y donde luego de 15 años de preparativos, se acaba de abrir un museo dedicado al comediante.
Pero además, Nyon es la sede de uno de los festivales de cine documental más prestigiosos del mundo: Visions du Réel, fundado hace más de cuatro décadas, que cada año se realiza en abril y a cuya más reciente versión pudimos asistir, aprovechando que como parte de su programación –que incluyó 180 películas, entre largometrajes, mediometrajes y cortometraje– ofrecía un foco dedicado a la producción de nuestro país, lo que permitió el viaje de una delegación chilena integrada por 23 personas, entre cineastas y productores.
Aunque sólo pudimos ver 18 largometrajes durante la semana que estuvimos en Nyon, nos permitió hacernos una buena idea del espectro total. De partida, como es de rigor, había algunos títulos que aparecían como imperdibles por sus pergaminos previos, y al menos dos de ellos no defraudaron. La italiana Fuocoammare, ganadora del Oso de Oro como mejor película en el último Festival de Berlín, confirmó el talento de su director Gianfranco Rosi, quien ya había ganado en 2013 el Festival de Venecia con su anterior trabajo, Sacro GRA.
En esta ocasión, el cineasta aborda la crisis de los inmigrantes en Europa, tomando el caso particular de la isla siciliana de Lampedusa. En vez de buscar un enfoque sensacionalista o melodramático, trata el tema de manera tangencial, al retratar al mismo tiempo la realidad cotidiana de un extrovertido y carismático niño de 12 años y un doctor que ayuda a las decenas de africanos que llegan a las costas o son rescatados en alta mar.
Por su parte, 30 años después de su anterior largometraje como directora, en Heart of Dog la artista estadounidense Laurie Anderson entrega una evocativa reflexión sobre la vida, la muerte y el paso del tiempo a partir del fallecimiento de su adorado Lolabelle, el perro que ella y su también desaparecido esposo Lou Reed criaron durante más de diez años.
Otros títulos para destacar fueron la rusa Not my Job, donde un joven aspirante de actor de una ex república soviética ve estrellarse sus sueños en Moscú; la estadounidense The Bad Kids, que sigue los esfuerzos de un grupo de adolescentes problemáticos de una zona del desierto de Mojave; y la francesa Liberation, the user’s guide, donde jóvenes intentan recuperar los derechos como ciudadanas que perdieron al ingresar a una institución siquiátrica en una provincia de Siberia.
Convencionales, innovadores o experimentales en su forma, los documentales en Visions du Réel no sólo abordan los “grandes temas”, sino también las historias personales. Ya sea en una mítica isla del océano Índico (Socotra, the Island of Djinns), el día a día de un anciano y venerado intérprete de banjo en Kentucky (Linefork), los recuerdos de un grupo de amigos que intentan comprender qué llevó a uno de ellos a perder la vida demasiado joven (King of the Air: Notes on a Friendship) o la existencia de una comunidad siciliana donde pareciera que el tiempo se hubiera quedado detenido (Triokala: The Three Gifts of Nature).
No podemos dejar de mencionar a Calabria, que sigue a dos empleados de una funeraria que transportan el ataúd de un inmigrante desde Suiza a Italia y la noruega Brothers, donde la realizadora Aslaug Holm registró durante casi una década el paso de la niñez a la adolescencia de sus dos hijos, en una especie de versión documental de Boyhood.
¿Llegaremos a ver en festivales o cines chilenos algunas de estas películas? Difícil. Lo que sí está claro es que con salas llenas y funciones agotadas por un público entusiasta y transversal, el certamen suizo es un éxito afianzado.
La selección chilena
Éste ya es el cuarto año consecutivo en que una misión oficial viaja desde Chile a Visions du Réel, pero ahora se hicieron notar más que nunca. Con el apoyo del CNCA, la DIRAC, ProChile y la embajada de nuestro país en Suiza, a los 23 representantes se sumó una retrospectiva de 15 producciones estrenadas entre 2004 y el año pasado, un largometraje (La ciudad perdida, de Francisco Hervé) y un cortometraje (Yo no soy de aquí, de Maite Alberdi, codirigido con la lituana Giedre Žickyt) en sus respectivas competencias internacionales, y un puñado de nuevos proyectos en busca de apoyo, asesoría y coproducción extranjera.
La coordinación logística del viaje fue preparada desde Santiago por el equipo de ChileDoc, encabezado por sus directoras ejecutivas, Paola Castillo y Flor Rubina. Esta última, presente también en el certamen como jurado en la competencia Nueva Mirada y como productora de uno de los largometrajes de la retrospectiva (Hija), resalta lo significativo de esta representación nacional: “Fue una experiencia tremendamente importante y enriquecedora, que ayuda a posicionar la producción documental chilena como un cine de autor, con identidad y de excelente factura”.
Dentro de la delegación, que incluyó a nombres como Cristián Leighton y Bettina Perut, estuvo el realizador Sebastián Moreno, quien presentó a una década de su estreno el que para muchos es uno de los exponentes más logrados en la historia de este género cinematográfico en nuestro país, La ciudad de los fotógrafos. “Creo que esta misión es un hito en la vida del documental chileno”, dice Moreno, quien mostró su cinta a sala llena. “Me impresionó cómo el público suizo empatizó con nuestra historia. Esto también ocurre en Chile, cuando en los colegios los profesores utilizan la película para enseñarles a sus alumnos cómo fue la dictadura militar”.
Pero quien obtuvo la mayor visibilidad fue la realizadora de La once, Maite Alberdi. De partida, una imagen de su ópera prima, El salvavidas, fue el símbolo del festival, presente en el afiche oficial, flyers, el catálogo y en todos los materiales de difusión. No sólo mostró esa película como parte de la retrospectiva, sino además participó adelantando su nuevo largometraje, Los niños; como productora de Los reyes, de la dupla Perut-Osnovikoff, y con el estreno mundial de su nuevo corto, Yo no soy de aquí, que terminó ganando la respectiva competencia internacional.
Ya con El salvavidas, Alberdi había participado hace algunos años en el festival cuando la película aún no estaba terminada, y ahí consiguió un agente de ventas internacionales, lo que confirma una de las virtudes de Visions du Réel: contar con un área de mercado –el Doc Outlook Market–, donde se realizan paneles y encuentros, y asisten programadores internacionales y agentes de industria. “Eso es lo que espero de un festival”, comenta Alberdi. “No sólo mostrar el trabajo realizado, sino además poder generar redes para futuras producciones, y en el caso de Visions du Réel es un encuentro articulado para eso”.
La principal responsable del “Focus Chili”, la programadora Jasmin Basic, comenta: “Chile ya tiene un background relevante en el cine documental a nivel internacional; se ha ido haciendo cada vez más conocido en los festivales y entre los críticos. Directores como Patricio Guzmán e Ignacio Agüero han ayudado mucho a atraer la atención. Nuestra selección buscaba mostrar la diversidad de la producción reciente en términos de estilo, contenido y acercamiento. Y en general se puede observar que muchos directores exploran la historia chilena a través de sus historias personales”. •••