Cuatro meses después de haber sido condenado por abuso sexual en 2014, el sacerdote John O’Reilly perdió su nacionalidad de gracia. El religioso había recibido este reconocimiento en 2008 “por su aporte a la educación, labor social y fundacional en la creación de colegios”, y por su apoyo a las nueve familias del colegio Cumbres, que perdieron a sus hijas en un accidente en Putre. Sin embargo, tras conocerse la condena, el Congreso de manera unánime revocó esa concesión.
El sacerdote apeló y en septiembre de 2016, la Corte de Apelaciones suspendió el decreto de expulsión, al acoger el recurso que presentó su defensa, encabezada por el penalista Cristián Muga. El argumento fue que era ilegal que el gobierno le aplicara un decreto de la Ley de Extranjería a una persona que al momento de su sentencia era ciudadano chileno.
Pero el gobierno no se dejó estar y recurrió a la Suprema para revocar la medida. Y ganó. Por lo que el religioso irlandés deberá dejar el país una vez que termine su condena de cuatro años y un día, en diciembre de 2018.