Ocio
El vapor: puede ser en los baños del centro o en los más pitucos del barrio alto; da igual, el vapor es democrático en su habilidad de reparar, reponer y sanar los excesos de la vida. Sin duda mejor y más afable que su primo el sauna, un buen baño de vapor es capaz de hacer por ti lo que uno nunca es capaz de hacer por uno mismo.
Disco
American Dream-LCD Soundsystem: una banda electrónica que suena como banda de rock. Imposible resistirse a ellos. En este último disco, sus herramientas son las mismas de siempre, pero esta vez los colores más lúgubres y los paisajes más sombríos. Es interesante y hasta paradójico que un disco que es claramente una reacción al nuevo escenario político norteamericano prefiera bajar un poco las luces y hacerse más reflexivo, en vez de proponernos una última y brutal farra antes del apocalipsis.
Serie
Big Little Lies (HBO): aunque no está en el pentágono del Olimpo de las series (The Wire, The Sopranos, Mad Men, Breaking Bad y Six Feer Under), esta ficción de HBO me dejó muy impresionado. Cuenta las miserias y triunfos de un grupo de mujeres– y desde ahí intenta mostrarnos qué carajos es ser una mujer hoy, para bien y para mal– envueltas en una intriga criminal en un balneario de California. Bien actuada y bien dirigida, pero sobre todo bien escrita, tiene la gracia de no intentar maquillar lo miserables y canallas que pueden llegar a ser sus personajes a pesar de sus padecimientos.
Comedia
Todo Louis CK (Netflix): CK es mi pastor. No creo que exista un comediante capaz de enrostrarnos de una manera tan directa las contradicciones y absurdos de la vida adulta contemporánea; y al mismo tiempo hacerlo con shows de standup comedy que no parecen escritos, sino largas diatribas improvisadas en el momento. Un genio.
Libro
La profundidad del mar Amarillo (2006): estos cuentos de Nic Pizzolatto (el mismo de la gloriosa True Detective, de HBO) son una verdadera joya. En el mismo tono de la serie, Pizzolatto escribe estos relatos con un ramillete de personajes menos escindidos y freaks que en su primera novela, Galvestone, pero igual de anclados en la Norteamérica húmeda y sureña que ya le conocíamos. Algo hay allí irresistible y brutal como todo secreto bien guardado.