Por: María José López
Fotos: Verónica Ortíz
Las últimas semanas como vicepresidente ejecutivo de la Corporación de Fomento de la Producción han sido intensas. Pero Eduardo Nesim Bitran Colodro (60) dice que no se tomará vacaciones cuando termine su periodo. Su despedida será el viernes 9 de marzo y el lunes 12 se integrará como profesor de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Adolfo Ibáñez. “El decano, Alejandro Jadresic, me llamó el 2008 cuando me sacaron del Ministerio de Obras Públicas (durante el primer gobierno de Michelle Bachelet) y ahora vuelvo media jornada. La otra mitad del día asesoraré a gobiernos. Es lo que hago cuando no estoy trabajando en el Estado”, relata el ingeniero civil industrial de la Universidad de Chile.
Los días de descanso que tomó en enero con su señora Yael Hasson –psicopedagoga y presidenta de la WIZO, fundación que agrupa a mujeres judías en el mundo– tampoco le resultaron. Partió una semana a Atlanta, donde vive Ariela, su hija menor (de los dos que tiene), pero la contingencia del acuerdo que selló ese mes Corfo y SQM, no le permitió desconectarse. En todo caso, de eso no se queja...
“(Con el acuerdo con SQM) además se cumple un objetivo político, pues la gente no podría entender un acuerdo que deja en gloria y majestad a la persona que corrompió el sistema político”.
“La descomposición de la centroizquierda viene de hace muchos años, la política se fue transformando en una máquina de poder y se perdió de vista cuáles son los objetivos últimos”.
“Le saco el sombrero a la presidenta porque a pesar de estar consciente del costo político, ella incurrió por un bien mayor. La secuencia de reformas pudo haber sido distinta y a lo mejor el costo pudo ser menor”.
“Creo en un rol del Estado mucho más importante que los liberales a lo Velasco. Él se movió a la derecha más allá de sus convicciones. Yo creo que lo hizo para buscar un espacio político (…) yo fui cercano a él… ahora no”.
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