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Las razones de Contesse

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Por Jorge Poblete, Antonieta de la Fuente y Carla Sánchez

Patricio-Contesse

Su idea era dejar la gerencia general de SQM en 2017. Ese año, Patricio Contesse González cumple 65 años y su plan era salir del día a día de la compañía y dedicar más tiempo a sus cuatro nietos, a las actividades de la Iglesia presbiteriana –a la que pertenece toda su familia–, y a cultivar cerezas y nueces en su campo al interior de Curicó. Un retiro tranquilo, después de más de tres décadas como uno de los ejecutivos de más prestigio en la industria minera.

Pero la arista SQM del caso Penta y la vinculación de la minera no metálica con el financiamiento irregular de campañas políticas, cambiaron sus planes.

Desde su entorno cuentan que el 16 de marzo pasado, después de un tenso directorio, el ejecutivo bajó de su oficina hasta el estacionamiento, subió a su Ford Explorer y no volvió a pisar el edificio de calle El Trovador. Acababa de ser aceptada la carta de renuncia que había presentado al directorio, donde –sostienen cercanos al ejecutivo–, planteaba que la línea de defensa que asumiría en el caso, difería de la de la compañía. Y que quedarse en el cargo haría más daño que bien a la empresa.

No fue una decisión fácil, comentan sus cercanos. Ni para él, ni para Julio Ponce, presidente de SQM y amigo de Contesse desde hace más de 30 años. Pero, según un miembro de la empresa, su continuidad en la compañía “era insostenible”.

Días anteriores a su salida, Contesse había optado por acogerse al derecho de guardar silencio al ser citado por la fiscalía y había presentado una cautela de garantía ante el Octavo Juzgado de Garantía, buscando frenar la entrega de antecedentes al Ministerio Público. Su argumento era que la fiscalía se estaba excediendo “con creces” en sus funciones, ya que en ese momento no existía una querella del Servicio de Impuestos Internos (SII) que permitiera indagar más allá de 2009 a la firma. A esto sumaría más tarde un recurso ante el Tribunal Constitucional, que paralizaría temporalmente las pesquisas.

Señalado

En los días siguientes a su salida, la empresa mostraría sus primeras cartas. El miércoles 25, en una conferencia telefónica con analistas, su sucesor en la gerencia general, Patricio de Solminihac, declaró –y envió un reporte en el mismo sentido a la Securities and Exchange Comission (SEC), que supervisa a las compañías que se transan en el mercado de valores de Estados Unidos–, “pagos por cerca de 11 millones de dólares originados en la oficina del ex CEO, durante el período de seis años desde 2009 a 2014, que pudieran no cumplir con los requisitos para ser calificados como gastos bajo el Código Tributario chileno”. Es decir, documentos que no tenían respaldo suficiente.

Una de las frases que más dolió en el entorno del ex gerente fue la de De Solminhiac, quien esgrimió ante la SEC que Contesse “fracasó en cooperar con nuestro propio comité de investigación”.
Fuentes al interior de la empresa afirman que como gerente general de SQM, Patricio Contesse contaba con un fondo o presupuesto que usaba para pagar viajes, entre otros servicios y la tesis de la firma es que de allí habrían salido los 11 millones de dólares en boletas supuestamente irregulares.

Cercanos al caso coinciden en que la estrategia de Contesse, si bien difiere de la de SQM, es complementaria a la de la compañía. Que se trata de un esquema en que él asumiría las eventuales responsabilidades penales que pudiera acreditar la fiscalía, alejando la posibilidad de dañar a Julio Ponce.

Pero en el entorno de Contesse rechazan la hipótesis de que el ex gerente sea el cortafuegos de las pesquisas del Ministerio Público y aseguran que Ponce no manejaba los detalles de los dineros. “Julio no participaba en esas tomas de decisiones chicas y no tenía contacto con el día a día de la compañía”, dicen cercanos al presidente de SQM.

“Como ocurre en todas las empresas, Patricio recibía solicitudes de varios políticos pidiendo aportes para sus campañas. Y esto no sólo ocurría durante los tres meses antes de las elecciones, como supone la ley, sino que un año antes, que es cuando realmente se inician las campañas”, agrega un cercano al ex gerente.

La relación entre Ponce y Contesse no se ha visto afectada por los últimos episodios y según quienes los conocen, “su amistad continúa intacta”.

La relación entre Ponce y Contesse no se ha visto afectada por los últimos episodios y según quienes los conocen, “su amistad continúa intacta”. De hecho, ambos han seguido en contacto estos días en que el ex gerente general ha permanecido en su casa de Lo Barnechea, preparando su defensa junto a su abogado Samuel Donoso, rodeado de sus hijos y acompañado por sus amigos de la Iglesia presbiteriana y de los pocos que tiene en el mundo empresarial, como Isidoro Quiroga. Y para distraerse en momentos de tensión, recurre a una de sus aficiones: la filatelia.

Entre las consecuencias que pueda tener la investigación, al ejecutivo, más que la mancha a su reputación, le preocupan las medidas cautelares que puedan afectarlo. Contesse no es una persona de mucha vida social, nunca va a cócteles ni reuniones y “no es parte del club”, dicen desde su círculo. Lo que sí, es muy apegado a su familia, por lo que si el Tribunal le prohíbe salir del país, lo que más le dolería sería no viajar a visitar a sus dos nietos y su hijo que viven en Estados Unidos.

Pero no sólo le inquieta su futuro. Desde que estalló el caso Cascadas, por el cual su hijo, Patricio Contesse Fica, arriesgaría una formalización por parte de la fiscalía, ha estado inquieto. Incluso, según su círculo, se culpa porque, a su juicio, la participación de su hijo en la investigación fue una manera del Ministerio Público de intentar afectarlo indirectamente a él y con eso a Julio Ponce.

Contesse-y-Ponce

La facultad

Cuando Patricio Contesse González entró a estudiar Ingeniería Forestal en la Universidad de Chile, su apellido ya resultaba familiar en los pasillos de la facultad. Sus hermanos mayores, Daniel (69) y Jaime (66) –primer y tercer hijo de Daniel Contesse Bachelet y Olga González Contesse–, ya habían pasado por esas aulas.

El ingeniero Iván Chacón, hoy decano de Ingeniería Forestal de la Universidad de Talca, cuenta que “tanto Daniel como Jaime, que fue compañero mío, eran más notorios dentro de la escuela: Jaime era dirigente estudiantil de derecha, había creado un grupo que se llamaba Frente de Acción Gremial, pero desconozco si Patricio participaba activamente. Él se dedicaba a estudiar y nada más, que yo sepa”.

Cuando ya estaban titulados, dice Iván Chacón, fue Jaime Contesse quien estrechó vínculos con Ponce. “Fue director ejecutivo de Conaf y brazo derecho de Julio Ponce en la corporación (…). Tras el golpe, Ponce llegó de afuera (Panamá) y se hizo cargo de Conaf, porque era yerno de Augusto Pinochet, pero conocía muy poco del sector forestal chileno, y Jaime era el hombre conocedor del ambiente”, recuerda.

La vinculación con Ponce ocurriría hacia fines de los 70. Contesse trabajaba en Nacimiento y supo que en Santiago buscaban un ingeniero forestal que hablara inglés. El ejecutivo, que había estudiado hasta cuarto básico en The Grange School –luego se cambió al Liceo Manuel de Salas por problemas económicos de su familia– calzaba con el perfil.

Su paso por empresas estatales fue amplio. Tenía 26 años cuando partió en Inforsa, luego pasó por Celulosa Arauco, Conaf y Enacar a cargo de su filial Schwager. Fue ahí donde se ganó la fama de dar vuelta empresas que estaban quebradas.

Fuentes al interior de la empresa afirman que como gerente general de SQM, Patricio Contesse contaba con un fondo o presupuesto que usaba para pagar viajes, entre otros servicios, y la tesis de la firma es que de allí habrían salido los 11 millones de dólares en boletas supuestamente irregulares.

En 1981, el directorio de SQM, entonces empresa estatal, comunica a Augusto Pinochet que era necesario cerrar la oficina salitrera María Elena, parte central de la compañía en la época, por las pérdidas que generaba. Quienes conocen el caso mencionan que Ponce habría dicho a Pinochet que recordara el caso de Schwager. Así, Ponce fue nombrado en el directorio de SQM y Contesse, en la gerencia general.

Pero no estaría ahí mucho tiempo. En 1981, Contesse pasa a ser gerente general de CAP y vicepresidente ejecutivo de Codelco, para luego asumir como director ejecutivo de la minera estatal, hasta el retorno de la democracia. Ahí fue cuando Julio Ponce lo llamó para hacerse cargo de la gerencia general de SQM. Y no se separaron más.

Un estilo sin ornamentos es una de las características que cultivó como ejecutivo Patricio Contesse durante su gestión a la cabeza de la minera no metálica. En la industria era un ejecutivo bien valorado por los analistas y no son pocos los que le atribuyen a él el haber transformado a una compañía al borde de la quiebra en una firma que hoy vende más de 2 mil millones dólares al año, que es líder en producción de litio y uno de los 10 productores de fertilizantes a nivel mundial.

Al interior de la empresa explican que más que estar en el día a día de la empresa y en la parte operativa, lo de él era un rol más estratégico, de ideas y nuevas jugadas, y que habría sido Patricio de Solminihac quien cumplía el rol más ejecutor dentro de la firma.

Uno de los aciertos que en el mercado le atribuyen a Contesse es haber visto el potencial del potasio en 2008. “La empresa tenía ventas de potasio –pero poseía un poco más del 0% de participación de mercado– y en cuestión de siete años lograron capturar un 3%.”

El gran maestro

Quienes conocen a Julio Ponce cuentan que no comulga con ninguna religión e incluso lo califican de “come curas”. Pero agregan que, entre bromas, en más de una oportunidad, ha dicho a Patricio Contesse que, si alguna vez se convierte, se haría presbiteriano.

El ex gerente general de SQM desciende de los misioneros que trajeron la Iglesia presbiteriana a Chile y en su árbol genealógico se cuenta a Horacio González Contesse, pastor y presidente del Sínodo de la Iglesia Presbiteriana, además de Gran Maestro masón, durante la década de 1970.Miembros de la Iglesia recuerdan que González Contesse era un líder en la comunidad chilena y que influyó en el carácter del ex gerente general de SQM. Un antiguo asistente a los retiros organizados por González Contesse cuenta que uno de los consejos que daba a los jóvenes era: si tienen algún problema, enciérrense en el baño unos minutos, lloren y después sigan adelante. Pero no muestren debilidad.

En la comunidad presbiteriana local, Patricio Contesse genera opiniones encontradas: es reconocido como un líder laico influyente, en ocasiones más que los pastores. El ex ejecutivo pertenece a la rama presbiteriana más conservadora de la que en 1973 se escindió otra más liberal y que, por ejemplo, en Estados Unidos permite la ordenación de mujeres.

A esta última agrupación pertenece el siquiatra Jorge Cárdenas, pastor presbiteriano y capellán del Ejército y quien ha compartido con Contesse en el directorio de la Sociedad Bíblica de Chile.

Cercano a las ideas de libre mercado de la derecha, Contesse tenía claro que era el gerente general de la compañía controlada por el ex yerno de Augusto Pinochet, por lo que, desde su cargo, siempre tuvo especial cuidado por mantener vínculos transversales con el mundo político.

El médico cuenta que en la Iglesia presbiteriana el liderazgo de los “hermanos”, es decir, de quienes no son pastores, puede ser muy relevante y que éste es el caso de Patricio Contesse. “Él es un laico líder destacado en la Iglesia presbiteriana. A mi juicio, se caracteriza por ser una persona taxativa, enérgica, pero también reflexiva y no impulsiva, con ideas claras sobre las cosas, pero al mismo tiempo planteando que la suya es ‘la’ idea. Es un buen administrador de la Iglesia también”, comenta.

Las conversaciones sobre teología, religión e historia son una práctica común entre Ponce y Contesse. Quienes conocen al presidente de SQM, dicen que una de las cosas que Ponce más respeta de Contesse, además de su gestión al mando de las empresas, es su religión y que a menudo tienen largas conversaciones sobre estos temas. “Ninguno de los dos son de reunirse los fines de semana, ni de hacer panoramas juntos, pero se cuentan entre sus círculos de amigos más cercanos”, dicen desde su sector.

Nexos políticos

Cercano a las ideas de libre mercado de la derecha, Contesse tenía claro que era el gerente general de la compañía controlada por el ex yerno de Augusto Pinochet, por lo que, desde su cargo, siempre tuvo especial cuidado por mantener vínculos transversales con el mundo político. Por eso se explican los estudios contratados a think tanks de diferentes sectores, desde Libertad y Desarrollo hasta Chile 21.

Eso explicaría, señalan vinculados a la investigación, que hoy, entre los documentos que investiga la fiscalía están desde las facturas de empresas que participaron de la campaña de 2013 de Pablo Zalaquett, y luego de María Carolina de la Cerda, cuñada del ex subsecretario de Minería, Pablo Wagner, hasta algunas vinculadas al senador PS Fulvio Rossi, el ex embajador DC Marcelo Rozas, entre otros.

Otro político que figura con boletas de SQM es el consejero regional (core) de la VIII Región, Claudio Eguiluz, quien asegura que sus boletas corresponden a trabajos efectivamente realizados, los que no se relacionan con platas políticas.“En SQM me entendía con Patricio Contesse. Yo era una persona de confianza en el tema de insumos y agrícola (…). Las asesorías las di desde 2011 hasta 2014, lo que no cuadra con las campañas. En 2013 fui candidato a core, pero no gasté casi nada”, asegura.

Pero más allá de la transversalidad de los contactos políticos generados por el ex gerente, y del curso que pueda seguir la indagación del Ministerio Público –y las sanciones que pueda acarrear–, actores del mercado descreen que la relación entre Ponce y Contesse se restringirá de aquí en adelante a acompañarse en términos personales.

Mientras unos se preguntan qué ocurrirá con la relación y líneas de defensa si Contesse llega a enfrentar la posibilidad de estar en la cárcel, otros, los más optimistas, creen que tras el vendaval podría ocurrir lo que pasó con Anacleto Angelini y el ex gerente Alejandro Pérez Rodríguez, quien fue desvinculado de Celco tras el escándalo de los cisnes, pero quien, en la práctica, siguió siempre ligado a la empresa. •••

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Roberto Guzmán, otro cercano a Julio Ponce

Desde fines de los 90, el refugio del abogado Roberto Guzmán Lyon del estrés de la ciudad, es un jardín de 2,5 hectáreas decorado con cuadros y esculturas. Allí vivió parte del escándalo generado a raíz del caso Cascadas –por el que fue multado por la SVS– y es un lugar que conserva ahora que surge un nuevo caso en que se lo menciona: la entrega de boletas falsas de SQM.

Guzmán –amigo de Julio Ponce, con quien trabaja desde 1986– eligió guardar silencio al ser citado por la fiscalía para declarar en la arista SQM del caso Penta. Quienes sí testificaron en la PDI fueron su contador Osvaldo Opazo Lira y la mujer de éste, Marisol Toro González, quienes afirmaron haber entregado boletas a la compañía, pese a no haber prestado servicios a ésta.

“Los pagos de Soquimich los recibía Guzmán, quien posteriormente me pagaba en efectivo el monto íntegro de la boleta emitida. Yo también emití otras boletas a Soquimich, a petición de Guzmán, pero no recuerdo cuál era el motivo específico, incluso a veces me pagaba sin emitir una boleta. El período en que emitió estos documentos fue entre enero y agosto de 2009, entre boletas manuales y electrónicas”, declaro el contador.

Éste añadió que “posteriormente, en el año 2012, también a petición de Guzmán, emití otras boletas de mi señora a SQM S.A., esta vez fueron electrónicas, entre los meses de marzo a noviembre”.

Consultado por Capital, el contador precisó que no siempre recibía el monto íntegro estipulado en las boletas (generalmente de 700 mil pesos en su caso y un millón de pesos para su mujer) y que “no sabía” cuál era el uso que se daba a la diferencia. Añadió que un día Guzmán le solicitó firmar para una sociedad que estaba formando y que no hizo mayores preguntas, puesto que conocía al abogado hace varias décadas y era una persona de confianza que lo había ayudado laboralmente (llevándole clientes, por ejemplo) a lo largo de los años.

Guzmán figuró de este modo como socio minoritario de Silvestre Corporation, sociedad creada en las Islas Vírgenes con un capital de 500 millones de pesos. El contador recalca que un día Roberto Guzmán le avisó que lo sacaría de la sociedad, y que éste no puso inconvenientes.


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