
Una singular protesta contra la central hidroeléctrica Mediterráneo –que está en plena construcción– protagonizaron una veintena de kayaks el fin de semana pasado en el río Puelo, X Región. Durante dos días, los kayakistas remaron 60 kilómetros por los lugares donde se instalará la central y también por donde Endesa evalúa construir una hidroeléctrica.
Tras el accidente del ecologista Douglas Tompkins –quien murió tras caer de su kayak el 8 de diciembre pasado a las aguas del lago Carrera– han aumentado los controles a las expediciones que naveguen por los ríos y lagos de la zona. De hecho, la jornada de remo contó con la autorización de la Armada –que acompañó a los remeros– y también con el apoyo de Sernapesca, que desinfectó los kayaks para evitar la proliferación de algas como el didymo.
Se trata de una batalla que también ha tenido novedades en el área judicial: la Superintendencia del Medio Ambiente formuló cargos contra Inversiones Los Andes, vinculada a Mediterráneo, por la construcción de un camino ubicado en la ladera sur del río Manso sin contar con la Resolución de Calificación Ambiental. Ello, en la práctica, constituye la paralización de las obras de la central Mediterráneo, según la Corporación Puelo Sin Torres, “pues no tienen acceso a la bocatoma del río”.