Quantcast
Channel: Revista Capital – Revista Capital
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2093

La diáspora de los “novísimos”

$
0
0

Por: Christian Ramírez

La noticia pasó colada a fines de enero. Sebastián Silva, director de La nana, había estrenado Tyrel –su nueva película– en el Festival de Sundance. Cierta prensa nacional lo consignó; lo mismo pasó en algunos blogs locales, y eso fue todo: a los pocos días, Una mujer fantástica quedó nominada a los Premios de la Academia, acaparando la cobertura y el interés de los medios chilenos, y dejando a Tyrel olvidada en un rincón, como si estrenar en Sundance ya no fuese noticia, como si nos hubiésemos acostumbrado a que nuestros directores operen puertas afuera y en otros idiomas, y más ahora que tenemos un Oscar bajo el brazo.

No es que a Silva le importe mucho, en todo caso. Hace rato que su carrera es la de un cineasta estadounidense. Dejó de filmar en español allá por 2010 (Gatos viejos), y lo último que hizo en Chile se estrenó hace cinco años (Crystal Fairy). Fue el primero de su generación en irse y, por lo mismo, parece lógico que le hayamos ido perdiendo la pista en forma paulatina; más aún por su interés en trabajar a nivel independiente, en tono menor y buscando una suerte de camino propio, tan propio que ya no se puede calificar a Tyrel como “cinta chilena”. Al contrario de lo que sucedía con sus películas anteriores, en las que Fábula –la compañía de los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín– participó en la coproducción, esta vez todos los capitales son made in USA. Algo parecido ocurre con Disobedience, el filme que Sebastián Lelio realizó en Inglaterra para la actriz Rachel Weisz y que llegará a nuestras salas a mediados de mayo. Cine hecho por chilenos, pero con subtítulos. En un escenario post Oscar, ¿eso es lo que se nos viene por delante?...

Si eres suscriptor, continúa leyendo esta nota en el papel digital.

Si aún no lo eres, suscríbete AQUÍ.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 2093

Trending Articles